Ante todo, este blog es una puerta al conocimiento, una herramienta indispensable para que desarrolléis al máximo vuestra cultura videojueguera y así podáis asimilar las creaciones con las que nuestros dioses los programadores nos van deleitando año tras año. No quiero insultar vuestra inteligencia ni vuestra experiencia ocio-profesional en el mundo de los bytes, pero considero que para estar bien formado hay que conocer los grandes clásicos del octavo arte. Y para ello no hay nada mejor que disponer de una puta chatarra de ordenador que te obligue a jugar a esos juegos casi prehistóricos (y salieron al mercado hace solo 15 años...). Hoy, os hablaré de un título IMPRESCINDIBLE en vuestra...¿juegoteca? como coño se diga, vamos al lío.
Half-Life fue la ambiciosa apuesta con la que Valve Corporation debutó en el mundo del desarrollo de videojuegos, y hay que reconocer que los colegas dieron en el clavo. En él controlas a Gordon Freeman, un licenciado en física teórica por es Instituto Tecnológico de Massachusetts que trabaja en el Laboratorio de Materiales Anómalos del Centro de Investigación Black Mesa, un enorme complejo científico ultra secreto situado en una base militar en desuso completamente bajo la superficie. Durante la intro del juego vas en una especie de telecabina que atraviesa diferentes partes de este complejo, puedes moverte y girar sobre ti mismo para asomarte por los ventanales de tu medio de transporte pero no puedes interactuar con nada. Al llegar a tu destino, la puerta se abre y llegas al vestíbulo del laboratorio. Los personajes que te vas encontrando te van hablando, y por megafonía también se dicen cosas importantes, así que debes estar atento para entender en que coño estás metido.
Parece que al centro de investigación ha llegado un pedrolón de un mineral desconocido, y tu eres el pringao al que le toca experimentar con él. Vas al vestuario, te pones un traje anti-radiación, anti-agentes químicos y biológicos y anti-lo que pollas queráis y te vas al "Espectrofotómetro de antimasa del Sector C" ¿Y esto qué es? pues es una habitación tan grande como un pabellón deportivo, en la que en el centro hay unos cachivaches mu raros que forman un rayo vertical que va del techo al suelo. En la base de este "espectrofotómetro" tan realista debes empujar la carretilla en la que se encuentra el mineral ese traído de saber Dios. Al principio todo va bien, por el pinganillo te van diciendo tus colegas (que los cabrones están al otro lado lejos de la radiación y del peligro) qué van descubriendo al analizar el material. Pero entonces, ocurren varias cosas. Al principio aparecen por toda esa habitación una serie de puertas interdimensionales (uuuuh, que miedo) por la que empiezan a entrar unos bichos más feos que un frigorífico por detrás. Después, eres tú el que empieza a fliparlo como si hubieras comido monguis, ya que de repente apareces en una serie de sitios que no parecen terrestres, rodeado de esos seres, algunos apacibles y otros con un "ligero" mal humor. Y al final, cuando después de este viaje psicotrópico vuelves al laboratorio, te encuentras con la definición más gráfica del CAOS. Al parecer, las puertas interdimensionales esas no se han limitado a aparecer dentro de ese recinto, si no por todo el complejo Black Mesa. Vamos, que la has liao parda...
Desde ese momento solo te debe preocupar una cosa: sobrevivir. Empiezas a andar por los pasillos llenos de cadáveres, destrozos y engendros extraños que no dudan ni un segundo en echarse encima tuya y matarte. Te encontrarás con una buena colección de armas a lo largo del juego, que te servirán para defenderte y para abrirte camino. También te encontrarás supervivientes, algunos te ayudarán a seguir tu camino y otros simplemente se quedarán acojonados sin hacer nada, dejándose superar por la situación. Pero una cosa debes saber, los enemigos no son solo esa serie de alienígenas, si no que también te encontrarás algunos humanos tocapelotas. El centro de investigación en el que trabajas es ultrasecreto y la ha pifiado de una manera muy gorda, así que el gobierno de EEUU manda al ejército para encubrir el accidente exterminando toda forma de vida que se encuentren, terrícola o no. Así que estás solo contra el mundo, ¿aceptas el reto?
Los gráficos son los normales para un juego de hace la tira de años, pero si no sois tiquismiquis con ese tema disfrutareis a lo grande. El juego es largo, pero no te cansa, al contrario, no puedes evitar seguir jugando horas y horas. En algunos momentos para avanzar no bastará con tener buena puntería, si no que tendrás que pensar un poco (eres un físico teórico, qué cojones) si no quieres quedarte eternamente atrapado en las ruinas de esa base secreta que nadie conoce. Y por si fuera poco, tiene dos finales alternativos, que dependerán de la decisión que tomes al final. Como se puede guardar la partida en cualquier momento a lo largo del juego no hay problema, guardad antes y disfrutad de las dos alternativas. Existe el Half Life II, con multiples expansiones extras, pero lo que ganan en gráficos lo pierden en la historia, os aseguro que no hay una aventura como la primera de la saga. Totalmente compatible con Windows y Mac, y también disponible para PS2, muy fácil de encontrar el descargable por internet. Si os interesa, os mando el enlace.
Y ya, para culminar, os dejo el video de un frikazo que se pasó el juego en media hora solamente. Está claro que el tío se sabe todos los fallos del juego para saltarse cosas e ir más rápido, y seguramente ha ido guardando a cada segundo para ir cargando cuando muere, pero ahí están sus 29 minutos 41 segundos de récord...
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