03 marzo 2013

Nostalgia: Lemmings

Espero que hayáis pasado un buen puente, hamijos. Los que no viváis en Andalucía supongo que no habréis podido disfrutarlo, mala suerte para vosotros, ya sabéis donde tenéis que veniros a vivir. Pero por desgracia yo me uno a vosotros, porque llevo cuatro días con unas temperaturas almendrales que superan la media de las del Sáhara en mitad del verano. Eso me ha privado de deleitar la vida "despreocupada" que se practica por aquí, pero en cambio he tenido el honor de degustar unas comidas que no me sabían a nada, y de unos menjunjes curanderos que parecían meaos del mismísimo Satán (de eso sí he percibido sabores, mira tú) Al parecer, el trancazo que me está atormentando sin piedad ha llegado también a mi Internet: tengo contratados 3 megas y solo descargo a ¡20 Kb! Los de telefónica se ríen de mi a gusto. Entonces, mientras tramito mi cambio de compañía, (ya que Telefónica va a desaparecer porque les voy a poner una bomba) este fin de semana me he puesto a recordar esos tiempos en los que no existía Internet, porque efectivamente, hubo una feliz época de unos millones de años en la que no existía. concretamente he rememorado el primer ordenador que entró a mi casa: un Inves 250, que solo tenia Ms-Dos, y con el cual mi padre trabajaba. Ese ordenador, señoras y señores, ha tenido los mejores juegos a los que he jugado en mi vida, a un nivel al que muy pocos de las nuevas generaciones llegan. Muchos juegos había, de los que os iré hablando, pero el que me caló hasta los huesos fue Lemmings.

Los lemmings son pequeños personajillos que dependen de ti para sobrevivir. Son algo tontos, y se siguen unos a otros aunque sea hacia un precipicio. Aparecen en un punto concreto de la pantalla, y debes ayudar al mayor número posible de ellos para que lleguen a otro punto concreto. Por el camino existirán multitud de peligros y obstáculos  piedras, muros, fuego, abismo infinito, trituradoras de lemmings (mi favorito)...y tendrás que evitarlos. ¿Cómo? Pues hay a tu disposición una serie de acciones limitadas, como construir un puente, una escalera, hacer un túnel o un agujero en el suelo, detener el paso de los demás lemmings, EXPLOTAR (mi favorito también, los lemmings se convierten en fuegos artificiales pixelados wiii) Como he dicho, dispones de un número limitado de acciones, así que básicamente deberás descubrir la estrategia perfecta para salvar el mínimo numero de muñecajos que te exigen. Los lemmings pueden sobrevivir a una caída moderada, pero a partir de una altura se hacen añicos. A veces, dispones de Paraguas que lo que hacen es reducir la velocidad de caída y así evitar la sangría.


Existen multitud de versiones de este juego, pero yo os recomiendo jugar a la primera, la de 1991. Tiene un número de niveles elevado, tan elevado que no soy capaz de deciros exactamente porque nunca llegué a pasármelo completamente, en algunos momentos se volvía verdaderamente chungo. También existe para todos los soportes (Windows, Mac, PS, Nintendo...) Buscad el que mejor os venga.


Un dato curioso que he encontrado es el origen de esta idea para el juego. Los leminos (llamados vulgarmente lemmings) son unos pequeños roedores que habitan en el norte del continente americano y en zonas de Eurasia también. Al parecer tienen un ciclo de reproducción corto, y además las hembras son más fértiles que una coneja, lo que hace que haya superpoblación. Existe el mito de que los lemmings se arrojan al mar cuando la población sobrepasa los límites saludables, suicidándose así por el bien de la especie. Al parecer ese mito está descartado por los científicos, pero aaaaah, tarde, ya tenemos videojuego.

Si lo conocíais ya, espero haber despertado vuestra vena nostálgica, y si no, what are you waiting for? (enlace para jugar online)

SrRorschach para GameSutra, Granada

1 comentario:

  1. Pedazo de juego donde los haya. Has despertado mi vena nostálgica e incluso mis arterias. Sí que era divertido, además de que unas veces te entretenías intentando pasar las fases y otras descubriendo nuevas formas de aniquilarlos. Lo del roedor no lo sabía, y me encantan estas curiosidades.

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