03 enero 2011

Psychic World: Una joya de la Game Gear

Saludos a todos los lectores de Gamesutra. Para mi es todo un honor participar en este blog y dirigirme a vosotros a través de estas humildes palabras. Antes de meterme en materia con mi primera entrada, debéis saber que mi carné de gamer expiró hace algunos años, y no he obtenido la renovación. Con esto no quiero decir que ya no juegue a la consola, sino que dejé de actualizar mis juegos hace tiempo, y la PS2 es la consola más moderna que tengo. Así que escribiré sobre aquellos juegos que tenéis guardados en el fondo de algún armario, guardando polvo, resistiendo a la acción de la humedad, y compartiendo estantería con el material pornográfico que conserváis de cuando os dedicabais al arte del onanismo sobre el papel impreso y la reproducción en VHS. Los buenos juegos, como el buen vino, adquieren carácter y se hacen más refinados con el paso del tiempo.

Cuando tenía ocho añitos, las consolas portátiles (y las maquinitas) comenzaban a expandirse por el recreo de los colegios, generando corrillos de chavales peleándose por deslizar sus aceitosos dedos con olor a salchichón sobre los botones de aquel prodigio de la tecnología. Os preguntaréis por qué me refiero a las portátiles en plural cuando de los que hablo es de la Game Boy. Bien, es cierto que los niños normales jugaban en verde, pero había una minoría que, a pesar de sus rarezas, tenía el privilegio de participar en aventuras a 32 colores. Si, me refiero a la portátil de Sega, la Game Gear. Cuando mi padre fue a comprarme mi primera consola, pensó que para qué iba a regalarle a su hijo una consola monocroma habiendo otra portátil a todo color. La única pega era que Game Boy y Game Gear no entendían por igual el concepto de “portátil”. De todos es sabido que la portátil de Sega era la Lucía Lapierda del mundo consolero: chupaba pilas como ninguna otra sabía hacerlo. Así que mientras los demás niños correteaban por el parque y disfrutaban del aire fresco mientras encajaban figuritas de cuatro piezas, mi Game Gear, su alimentador eléctrico, el enchufe de la pared y yo nos quedábamos en casa jugando mientras iba cobrando un color blanquecino y apagado. No obstante, mi amada portátil me ha proporcionado intensas emociones con joyitas como la que os voy a hablar ahora: Psychic World.

La historia tiene lugar en un remoto laboratorio en el año 19XX (cien años mas tarde, en el 20XX nace un tal Mega Man) Allí, el Dr. Knavik y sus dos preciosas ayudantes, Cecile y Lucía, investigan sobre la naturaleza y explotación del ESP, algo así como la materia del FFVII. Una buena mañana Lucía llegó tarde al trabajo (se conoce que le gustaba salir de fiesta y a veces se le quedaban pegadas las sábanas) y mientras se cambiaba, una fuerte explosión irrumpió en el laboratorio. El Dr. Knavik se encontraba bien, pero Cecile había desaparecido. El doctor le explica a Lucía que parte de sus experimentos implicaban test con monstruos de toda clase y condición (pues si hubiese experimentado con ratones y conejos, como los demás científicos, no habría juego) y éstos se habían rebelado y raptado a Cecile. Con el fin de rescatar a ésta, el doctor le proporciona a Lucía el ESP Booster, una armadura que puede ser controlada con la mente. De esta manera, el jugador se convierte en Lucía, y debe seguir la pista de Cecile, mientras combate con monstruos de todo tipo. El juego es un plataformas en 2D, en el que Lucía va adquiriendo ítems con los que aumenta su salud, ESP, y adquiere armas de de distinta naturaleza: hielo, fuego, recuperación, invencibilidad, levitación, etc. que mejoran a largo del juego. Cabe destacar la dimensión de los monstruos finales, y el hecho de que para eliminarlos es necesario administrar distintas estrategias con el armamento del que Lucía dispone. Mención aparte merece el apartado sonoro, con unas melodías muy bien trabajadas que a mí me traen muchos y muy buenos recuerdos. El juego consta de cuatro niveles, aunque nunca llegué a pasármelo. Imagino que a día de hoy, habiendo recibido ya varios palos en esta vida, he cobrado más experiencia como gamer que cuando tenía ocho años. Lástima que mi Game Gear no haya vivido para verme convertido en un hombre hecho y derecho…pero tengo decidido que un día de estos voy a adquirir otra portátil de Sega.

En definitiva, algunos pueden alegar que este juego tiene demasiados parecidos con Mega Man, como la mejora de armamento y demás, pero mi impulso es la nostalgia, y este fue mi primer juego de Game Gear (con la excepción de Columns, que venía incluido) por lo que todos los aspectos del juego resultaban totalmente nuevos e impresionantes para mi, y por ello mi corazón siempre tendrá un espacio reservado para este cartucho, como es seguro que cada uno de vosotros tenéis un recuerdo muy especial con vuestro primer juego.

2 comentarios:

  1. Me encanta este primer artículo tuyo Diego. Como las próximas entradas que escribas sean la mitad de buenas que esta, vamos a acumular una gran cantidad de material de calidad. Yo también recuerdo con mucho cariño mi primer juego, el Super Mario World del "cerebro de la bestia", la Supernintendo, adquirida en mi Primera Comunión. Espero escribir alguna entrada sobre el mismo alguna vez aquí en GameSutra.

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  2. Menudo debut :-) . Gran post. Qué lástima que Sega "muriera" con DreamCast. Sería bonito ver otra portátil o consola de sobremesa que llevara su firma.

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